Eulogio Varela. Modernismo y Modernidad
Inspirador de Juan Gris o de Pablo Picasso, impulsor en nuestro país de las corrientes estéticas que inundaban el continente europeo en las primeras décadas del siglo XX, diseñador, ilustrador, pintor, decorador, Eulogio Varela fue, sin duda, el gran referente del modernismo en Madrid.
Un maestro en la Europa de entreguerras, con un gran número de seguidores fuera de nuestras fronteras, hoy relegado a un rincón de nuestra memoria.
Bajo el título Modernismo y Modernidad, el Museo ABC, que custodia gran parte de su obra, presenta la mayor exposición que se ha dedicado a uno de los creadores más relevantes de nuestro país.
Eulogio Varela (1868, El Puerto de Santa María, Cádiz – 1955, Cercedilla, Madrid) ejemplificó la existencia de un modernismo madrileño en su vertiente más cosmopolita. Sus diseños se ubicarían en la línea del Arts & Crafts de William Morris, Walter Crane o John Ruskin, e incluso en experiencias postreras, como las del Darmstadt alemán, en ese intento utópico por aunar arte, artesanía y diseño.
Fue un artista polifacético que no solo destacó en el ámbito de la pintura, sino también en la ilustración, el diseño gráfico y de mobiliario, además de llevar a cabo una labor pedagógica y teórica que ayudó a realzar su nombre.
En 1898 comienza su colaboración con la revista Blanco y Negro y se convierte en uno de sus artistas más relevantes. El grueso de su producción se concentró en esta publicación, y no solo llegó a ser uno de los colaboradores más prolijos, sino también —a partir de la década de los veinte— el «confeccionador de la casa», el artífice general de la revista hasta la llegada de la Guerra Civil.
Fruto de esa colaboración, la Colección ABC custodia 950 dibujos con ilustraciones y también diseños de letras capitales, adornos, orlas y piezas de decoración. Esta muestra tiene como objeto poner en valor a un gran artista, rescatarlo del olvido y mostrar, por primera vez, sus dibujos y diseños como mejor ejemplo de una trayectoria única e irrepetible.
PRIMEROS AÑOS
Desde su Cádiz natal la familia Varela se traslada a Valladolid, donde Eulogio termina el bachillerato con sobresaliente e inicia estudios de Ciencias Naturales —el tifus le impide terminarlos—. Allí arranca su carrera como artista y asiste a la Escuela de Bellas Artes. Prosigue su formación en la Academia de San Fernando de Madrid para, más adelante, trasladarse a la capital, donde Varela vive con su amigo Joaquín Xaudaró —también ilustrador de Blanco y Negro—, antes de contraer matrimonio con Genoveva Hervias. Trabaja para varias revistas —La Ilustración Española y Americana, Madrid Cómico o Helios—, enseña en la Escuela de Artes y Oficios y obtiene la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1908 y de 1913. Además, publica dos obras teóricas fundamentales: Temas de composición decorativa, que le otorgaría prestigio internacional —se publicó en español, francés e inglés— y su obra póstuma La letra y su teoría constructiva.
UN ESTILO ÚNICO
Carismático artesano y simbolista, verdadero adalid del modernismo internacional en la capital de España, se erigió como el mejor representante del modernismo en el ámbito gráfico con una huella clara del artista checo Alfons Mucha, del art nouveau visto en París y Roma, el prerrafaelismo anglosajón y el estilo de los ilustradores y exlibristas españoles como Alexandre de Riquer, Juan Gris o Emilio Sala.
Su trazo reflejaba dos tipos de estilos (con todas sus variantes y eclecticismos). Por una parte, un estilo costumbrista, realista, narrativo y anecdótico de sesgo posimpresionista y, por otra, un estilo art nouveau, modernista, muy raro en Madrid, pero muy común en Europa, próximo al prerrafaelismo inglés, al Sezessionstil vienés, al grafismo de las revistas alemanas del Jugendstil y al foco de modernidad catalán.
SOBRE LA MUESTRA
La exposición que acoge el Museo ABC reúne piezas inéditas que muestran el abanico de corrientes que llegan hasta Madrid y de las que este artista se nutrió, y que difundió gracias a Blanco y Negro. Encontramos influencias de la estampa japonesa, de la arquitectura germana y vienesa, de los simbolistas prerrafaelistas ingleses, de las temáticas wagnerianas y su interés por el medievalismo y otros neohistoricismos. Hay hueco para lo fantástico, lo esotérico, lo religioso y lo exótico, para la naturaleza y, sobre todo, para la mujer moderna. En su casa descubrimos pequeñas joyas modernistas en forma de diseños de muebles o útiles de la vida moderna. En definitiva, la utopía del arte dentro de la vida burguesa.
La exposición termina con el Varela diseñador de orlas, letras capitales, colofones, monogramas o caligrafías, que muestran a un pionero del arte gráfico.
Toda la muestra goza de una gran riqueza de juegos visuales y estéticos que conviven en el tiempo con una normalidad asombrosa. Varela no fue solo un mero seguidor de Alfons Mucha sino un estudioso de múltiples lenguajes que combinó con enorme facilidad en una misma revista.